expresaron muchos de los de su generación, como lo oímos en la sección anterior del Evangelio de Lucas (7:34). En vista de la rápida aceptación de las invitaciones que le hacían, no nos sorprende que Jesús estuviera dispuesto a asistir a una cena en la casa de un fariseo llamado Simón. Más bien uno se sorprende de que ese fariseo le hiciera la invitación. Es muy probable que no lo invitara por amor a Jesús ni por el deseo de aprender más acerca de él; al contrario es probable que el fariseo en realidad
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